la organización rechaza esta normativa aprobada por el Gobierno nacional, que prohíbe las quemas de restos de poda agrícola o de cualquier otro resto leñoso o vegetal, práctica habitual y necesaria para el campo riojano. Desde el punto de vista fitosanitario ayuda a combatir plagas y enfermedades, además de mantener una correcta sanidad vegetal.
ARAG-ASAJA, además, cuestiona, el supuesto beneficio ambiental que esta prohibición generaría, ya que la acumulación de restos leñosos puede ocasionar mayor riesgo de incendios y su transporte hasta un gestor autorizado supondría un coste inasumible y un consumo considerable de combustible fósil y por tanto de emisiones de CO2 a la atmósfera.
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