El Gobierno de La Rioja ha decidido este año suprimir una de las buenas medidas que implantó durante el ejercicio pasado para paliar los efectos de la crisis del COVID-19: la exención de tasas a agricultores y ganaderos.
De esta forma, y a pesar de haberlo solicitado nuevamente por ARAG-ASAJA, la Consejería de Agricultura volverá a cobrar las tasas a ganaderos titulares de explotaciones de ganadería extensiva inscritos en el registro general de explotaciones ganaderas de La Rioja (REGA) cuya clasificación sea producción y reproducción de las especies bovino, ovino y caprino.
También aquellas que realicen los viticultores y que estén vinculadas con los servicios de inspección de terrenos y solicitudes de replantación de viñedo, conversión de derechos, replantación anticipada, nueva plantación o modificación de localización de una autorización de plantación.
Una decisión equivocada, a juicio de la organización, que de haber sido atendida hubiese significado un gesto y un buen punto de partida por parte de la Administración para valorar el de exenciones fiscales que ARAG-ASAJA ha planteado para mejorar y proteger la rentabilidad y empleo en el sector agrario en un momento de especial dificultad.