Pérdida en producción por la incidencia de enfermedades y la bajada de polarización unido a una pérdida en valor por unos precios de la empresa Azucarera que rondan una caída del 40 por ciento respecto al año pasado. El escenario para la remolacha riojana no es para nada estable en estos momentos, por lo que la incertidumbre que inunda a los agricultores avoca a una reducción en la superficie sembrada para la campaña 2025.